LA MEDIACION
La mediación es entendida por
tradición como la acción intencional, usualmente llevada a cabo por el asesor,
que busca cambiar un comportamiento en las interacciones sociales dentro del
salón de clases. Sin embargo, el uso de las tecnologías de la información y la
comunicación (TIC) en la educación a distancia nos obliga a repensar este
concepto y cuestionar su carácter unidimensional y vertical; ante la
utilización de herramientas Web 2.0 y la incorporación de redes sociales en los
cursos en línea los retos y alcances de la mediación se amplían.
LA MEDIACIÓN Y LOS TEÓRICOS CLÁSICOS
Paradigma conductista
Su creador fue J. B. Watson en
las primeras décadas del siglo XX; a partir de sus planteamientos, se formaron
cuatro vertientes: "El conductismo asociacionista de Guthrie, el
conductismo metodológico de Hull, el conductismo intencional de E. L. Tolman y,
por último, el conductismo operante de B. F. Skinner" (Hernández, 1998, p.
80).
El conductismo, en particular el
de Skinner, es anti teórico; emplea el modelo E-R (estímulo-respuesta) para dar
cuenta de la conducta de los organismos y establece que todos los estímulos o
respuestas son equivalentes; cualquier clase de estímulo puede ser asociado a
otro estímulo o respuesta. Por ello, su idea de enseñanza y aprendizaje implica
un proceso que consiste en el arreglo adecuado de las contingencias de
reforzamiento de aquellos estímulos que proporcionan contenidos o información
que permitan la instauración de un nuevo comportamiento. El aprendizaje se
enfoca al cambio de la conducta.
Desde nuestro punto de vista, la mediación se da en el condicionamiento operante, en particular en un nuevo principio, el "modelamiento", ya que el sujeto debe observar un modelo para desarrollar una determinada conducta. El modelo puede interactuar "directamente con el sujeto (intencionalmente) o a través de dramatizaciones o videograbaciones (de forma indirecta)" (Hernández, 1998, p. 89).
Paradigma humanista
Durante la década de los
cincuenta, la psicología humanista se convirtió en un paradigma que llenó los
huecos que, por la misma naturaleza del conductismo y el psicoanálisis, no se
habían atendido, a saber: "El estudio del dominio socio-afectivo y de las
relaciones interpersonales, y el de los valores en los escenarios
educativos" (Hernández, 1998, p. 99). Sin embargo, no fue sino hasta 1961
cuando la "tercera fuerza" surgió institucionalmente y, a pesar de su
carácter clínico, se aplicó al ámbito educativo.
Entre los postulados de este
paradigma, distinguimos la concepción del ser humano como una totalidad; es
decir, el hombre posee un núcleo central que lo estructura intra- e
interpsicológica mente, por lo que es consciente de sí mismo, de su existencia y
de la relación dinámica con otros y con su ambiente. De ahí que el concepto de
enseñanza-aprendizaje vaya encaminado a potencializar al individuo de modo
íntegro para que logre su autorrealización..
Paradigma cognitivo
En este paradigma se acuña el concepto de mediación. Debemos señalar que Vygotsky es el responsable de introducirlo a la terminología de la psicología, y que surgió toda una polémica cuando se consideró el vocablo dentro del cognitivismo o constructivismo, discusión que no abordaremos dada nuestra prioridad expositiva.
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